martes, 1 de septiembre de 2015

Lecto-refrigerio.

Se encaminó hacia la nevera.
Necesitaba algo fresco, ¡con urgencia!
No aguantaba ni un minuto más
aquel calor sofocante. 
La abrió y, ¡al fin!
Ahora,
sólo quedaba elegir. 




2 comentarios:

Kika Fumero dijo...

Yo quiero una Virginia Woolf con dos piedras de hielo, por favor ;)

Isabel Rojas. dijo...

¡Excelente elección! ;)